EL
REGISTRO EMOCIONAL DE LAS DECISIONES
“Si no te gusta algo, cámbialo. Si
no puedes hacerlo, cambia tu actitud. No te quejes”
Maya Angelou
Es importante tener en
cuenta que, conforme a la experiencia que un jugador tiene, sus gestos y
acciones surgen inconscientemente. Por ejemplo, considere una finta. Cuando el
jugador empieza a practicar esta finta, sabe que en el comienzo le resultará
difícil hacerlo. La mente del jugador se centra en tratar de adaptarse a
la mejor manera de hacer esta finta, es decir, en estudiar las condiciones. Con
el tiempo, la mente es capaz de hacer este gesto que antes estaba practicando
de forma inconsciente, mientras se centra en otros aspectos, tales como la
posición de los pies del oponente, con el fin de no perder la pelota.
Resumiendo y reforzando, los
resultados de las experiencias determinan las previsiones y decisiones futuras,
es decir, los efectos de la decisión provoca ciertas emociones asociadas con la
decisión futura. Por eso, cuando el jugador se enfrenta a una situación
similar, la memoria ayudará al cerebro, asociando la decisión con su estado
emocional, que puede ser positivo o negativo. Su objetivo es optimizar las
decisiones futuras sobre la base del pasado, las opciones para la regulación de
lo que nos ha llevado al éxito.
Podemos aclarar, que las
emociones juegan un papel decisivo en la concentración y el aprendizaje, pero
también en la formación de las intenciones inconscientes, condicionando
fuertemente la toma de decisiones. Así, podemos entender por qué vale la
pena la experiencia en el fútbol. En otros tiempos, los jugadores mayores
con más experiencia, fueron los de más valía. Hoy en día, el conocimiento
del fútbol está más evolucionado, y hay otros aspectos además de la experiencia
que valoran un jugador, como la cultura táctica.
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