- Principio de Sobrecarga

PRINCIPIO DE SOBRECARGA

"No es lo que tu tienes, sino como usas lo que tienes lo que marca la diferencia"

Zig Ziglar

Con la evolución de la organización del juego, el fútbol también busca nuevas maneras de mejorar el comportamiento organizacional de los jugadores. Surgen nuevas teorías, nuevos esquemas de entrenamiento y nuevas maneras de entrenar, siempre en busca de su máximo rendimiento. Además, surgen principios de entrenamiento, con normas específicas que se deben seguir para maximizar el deportista y sus características. Después de un artículo sobre el Principio de Especificidad del Entrenamiento, que indica que el entreno debe ser planificado de tal forma que se cumplan los requisitos deportivos y borrar toda la formación que no tiene cabida en el rendimiento deportivo, este artículo trata sobre en el Principio de Sobrecarga, responsable de elevar al atleta por encima de 101% de su potencial de cada sesión de entrenamiento.

Inmediatamente después de una carga de trabajo, el cuerpo necesita recuperar y establecer el equilibrio en relación con el medio ambiente, es decir, el cuerpo necesita un tiempo de recuperación para reponer la energía gastada durante la actividad deportiva. En otras palabras, este principio respeta que después de un esfuerzo, el atleta necesita un período de recuperación, y es durante este período que el organismo responde a los estímulos a los que el atleta fue expuesto durante una actividad determinada.

Los estímulos, a su vez, causan diferentes desgastes, pero el organismo es capaz de recuperarse y prepararse para una fuerte carga de trabajo, a este fenómeno se denomina asimilación compensatoria. Con la evolución del entrenamiento, el técnico debe aplicar estímulos cada vez más fuertes sobre los atletas, elevando el límite de adaptación de cada jugador. Este es el Principio de la Sobrecarga o Progresión Gradual, el cual es fundamental en todos los procesos de la evolución deportiva.

La aplicación de este principio en la práctica se presenta en dos variables, que son el volumen (cantidad) y la intensidad (calidad), y los diferentes tipos de entrenamiento, como continua, a intervalos, circuito, entrenamiento con pesas, flexibilidad y agilidad y técnica.

El entrenador debe tener en cuenta los principios del entrenamiento y al mismo tiempo las necesidades del atleta. Debe respetar el principio de la sobrecarga de entrenamiento del atleta en el 101% de su potencial y no un 140%, 160% o 200% de lo que el atleta es capaz momentáneamente. Por lo tanto, el entrenador debe entender cuáles son los límites de la atleta y tratar potenciar estos límites, pero no demasiado, respetando los límites éticos del entrenamiento.