LA VELOCIDAD EN LOS
DEPORTES COLECTIVOS
"Un hombre no es un recipiente que hay que llenar,
sino una mecha que hay que encender"
Mateo y Lillo
En
el deporte, el profesional busca, a través de su cuerpo, que es a la vez sujeto
y objeto de la acción, jugar con el tiempo a fin de modificar sus acciones,
para adaptarse mejor a la participación en el mismo.
En
este contexto, la velocidad, entendida como una capacidad humana que afecta a
la consecución de los movimientos deportivos, es uno de los factores a los que
se le da mayor importancia. Profesionales del deporte han centrado sus
preocupaciones, no sólo en las manifestaciones que lo caracterizan, sino
también en la manera de transformarlos en inductores de la eficiencia y
eficacia de los deportes.
Curiosamente,
este énfasis en la velocidad aparece con relativa importancia en
el antiguo ideal griego olímpico, de acuerdo con los que el deporte sería
el camino para el hombre: llegar más lejos, saltar más alto y ser más fuertes
(Citius, Altius, Fortius).
De
hecho, dadas las exigencias del deporte hoy en día, no sólo llegar más lejos o
saltar más alto o ser más fuerte, da resultado a ser más rápido, más veloz..
Más rápido, no sólo para llegar al lugar deseado, o realizar una acción, sino
también para pensar, para encontrar soluciones a darse cuenta del error, para
decodificar los signos de juego. En resumen, más rápido y mejor, entender,
pensar y actuar.
Este
punto de vista reconoce implícitamente que el ideal olímpico, parece omitir una
dimensión fundamental de la actividad humana en el deporte: la inteligencia. No
es una inteligencia estática y abstracta, es un comportamiento motor inteligente
por la cual el hombre, no sólo se adapta a las demandas colocadas
estratégicamente, sino que también es capaz de provocar intencionalmente
enmiendas que son favorables.
Velocidad
en Deportes Colectivos
La contribución relativa de la
velocidad para el rendimiento varía con las exigencias de cada deporte (Dick,
1989).
Los juegos deportivos colectivos
(JDC) se caracterizan por complejas relaciones de cooperación y oposición que
se derivan de los jugadores y de los equipos, en la confrontación y el
conocimiento que tienen del juego, ellos mismos y el oponente (Oliveira y la
Garganta , 1996).
Dado que, en este contexto, la
dimensión estratégica-táctica juega un papel decisivo, el concepto de velocidad
trasciende la concepción clásica de que claramente lo define como la capacidad
de realizar acciones motrices lo más rápido posible.
Por tanto, estamos ante un problema debido a las tareas que se realizan en cada sesión. En los procedimientos que forman parte de este grupo de deportes, que constantemente demanda es una síntesis entre la velocidad y la eficacia en la tarea, consiste en darse cuenta de la importancia de la unidad entre el sistema perceptivo y la velocidad de ejecución.
Las interacciones del sistema de percepción de la velocidad se organizan en torno a tres ejes (Jalabert, 1998):
1.- Selección de la información - el jugador de alto nivel gana tiempo en la
selección de la información para la consecución de los objetivos.
2.- Vinculación de la
información - el jugador de alto nivel invoca experiencias pasadas para
predecir las consecuencias de las acciones emprendidas. Por lo tanto, es capaz
de establecer conexiones entre elementos tales como la orientación de los
apoyos, la postura del adversario, las líneas de fuerza de la defensa rival,
las trayectorias impresas en la pelota, y otros, que han demostrado ser
cruciales para lograr el éxito;
3.- Reorganización de control
sensorial del movimiento
En este
contexto, parece apropiado considerar no una forma, sino varias.
Incidentalmente, Weineck (1994) y Gambetta et al. (1998) ilustran este hecho,
en virtud de Fútbol, teniendo
en cuenta la coexistencia de siete formas:
1.- La velocidad de la percepción - relacionado con la capacidad de procesar estímulos auditivos y visuales y tomar decisiones a partir de una variedad de opciones que dependen de una situación en particular;
2.- La velocidad de anticipación - relacionado con la capacidad de predecir la probabilidad de desarrollo de líneas de fuerza de una situación;
3.- La velocidad de decisión - relacionado con la capacidad, después de analizar una situación, decidir qué hacer;
4.- La velocidad de la reacción - en relación con la capacidad de reaccionar a un estímulo o acción previa;
5.- La velocidad de movimiento sin balón - relacionado con la capacidad de realizar acciones sin balón (desmarques, marcajes, saltos y otros cambios de dirección);
6.- Velocidad de acción con el balón - relacionado con la capacidad de realizar habilidades técnicas específicas;
7.- La velocidad de juego - relacionado con la capacidad de tomar decisiones durante el juego y ejecutarlos en relación con las restricciones técnicas y tácticas, es decir, para actuar correctamente en el momento adecuado.
La expresión de la velocidad se
deriva no sólo de la reacción a los estímulos o brevedad velocidad gestual,
también en el tiempo necesario para la identificación, información sobre el
reconocimiento y la evaluación de situaciones complejas de juego. Cómo sostiene
Paillard (1990), en términos de procesamiento de la información, el tiempo que
está disponible para operar es más importante que la cantidad o la calidad de
las acciones.
La capacidad de predecir, por
ejemplo, permite a un jugador, aun siendo "más lento" que otros, en
términos de neuromuscular puede llegar rápidamente a un lugar particular en el
terreno de juego, como se predijo y anticipó la respuesta.
Según
esta razonamiento, la velocidad, lejos de estar restringida al sentido físico,
que se sitúa la relación entre la distancia recorrida por un objeto y el tiempo
transcurido, debe ser especialmente como una magnitud táctico-técnico, de
percepción y de información, que sematerializa en lo que puede llamarse la
velocidad de realización, cuando nos referimos a la disposición de cada
jugador, o la velocidad del juego, cuando se reporta el desempeño de las tareas
del equipo, mientras que la unidad colectiva, en varias etapas a través del
juego.
Vamos a considerar los movimientos
básicos del aparato locomotor de los jugadores, en sus diferentes formas
(correr, trotar, correr rápido, sprint). Podemos ver que las razones de su
expresión se basan en la intencionalidad principalmente por los imperativos
tácticos. El jugador se mueve a un lugar con mayor o menor intensidad, un
momento u otro, en función del movimiento de compañeros y adversarios, y la
posición del balón, es decir, dependiendo de la configuración del juego
(Canyon, 1997).
La tasa de logro por lo tanto
resulta de la combinación de aspectos diferentes y complementarias, por ejemplo
a nivel fisiológico (contractilidad de las fibras musculares), biomecánicos
(intensidad, dirección y transmisión de las fuerzas presentes complejos) y
perceptual (naturaleza de los receptores sensoriales que los control de movimiento).
Los resultados de la velocidad de juego, no es la suma de la realización de
distancias a cirta velocidad, sino la forma en que el equipo, gestiona los
diferentes momentos de la configuración del juego y reaccionan colectivamente,
como un pañuelo de papel inteligente
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