ENTRENAMIENTO DE FUERZA:
PERIODIZACIÓN TÁCTICA
“Las finales no tienen revanchas.Ya la
perdimos, ya la ganaron.”
Marcelo Bielsa
Con el paso de los años, cada vez son más y mejores los métodos
de entrenamiento que están aplicados a los deportes colectivos. En todas las
modalidades deportivas, los métodos de entrenamiento se ponen a prueba, se
examinan, se estudian, se mejoran,.. en búsqueda de una actualización mejor, más
específica para el deporte que entrenamos.
En el fútbol, este proceso de actualización se acelera cada
vez más y los nuevos métodos de entrenamiento que presentan los profesionales,
proporciona un conocimiento más evolucionado para el deporte más popular del
mundo, el fútbol.
En esta incesante producción de métodos de entrenamiento,
una de las líneas más modernas es una de las líneas creada dentro de la Universidad
de Oporto, por el profesor Vítor Frade llamada La Periodización Táctica.
Dentro de esta enorme complejidad que presenta dicha metodología,
el maestro Frade y sus “seguidores” argumentan que todo el proceso que puede
darse en la práctica del fútbol debe de ser desarrollado desde el “Modelo de
Juego” que plantee el cuerpo técnico.
Hasta aquí no son cosas nuevas para los lectores de este
blog, ya que dicha metodología las hemos estado nombrando en varios artículos anteriormente
publicados. A partir de aquí comienza la duda o la inquietud de saber si la periodización
táctica tiene la razón a cerca del concepto del entrenamiento en fuerza. Vamos
al debate.
Por un lado tenemos la Periodización Táctica, la cual
argumenta y defiende que la fuerza se debe entrenar mediante el juego específico,
aboliendo de un equipo de fútbol, entrenamiento de fuerza de manera general.
Defienden que la fuerza puede ser trabaja de manera específica en las tareas
planteadas en el entrenamiento, mediante cambios de dirección, frenadas,
desaceleraciones y gestos específicos del juego (golpeos, saltos, giros,..).
Fraile cree que las ganancias de fuerza de forma natural se pueden mejorar con
gestos específicos del fútbol.
Aquí es donde entra la discusión y el análisis. El
entrenamiento de la fuerza se considera común y recurrente a todas las
principales modalidades en el mundo. Las ganancias de fuerza para la mejora de
la velocidad y la potencia son comunes en el tenis, baloncesto, voleibol y en
el futbol, entre muchos.
Muchos dicen de esta creencia que es una creencia sin
aparato científico, ya que el entrenamiento únicamente de las acciones específicas
del fútbol, no implica una mejora en las manifestaciones de la fuerza, la cual
no existe estudios que indiquen lo contrario. Los no “seguidores” de este método
se centran en el principio de sobrecarga para desmoronar esta teoría en cuanto
a la fuerza se refiere. Explican que si no se proporciona una sobrecarga, no se
producirá un aumento de la fuerza, y sin aumento de la fuerza, no hay un aumento
de la potencia muscular (Wilson, 2006), y que con el paso del tiempo el
futbolista se encontrará más débil y fatigado con el paso de la temporada.
El aumento de la fuerza mediante los gestos específicos, al
margen de los aparatos, priorizan únicamente mejoras al nivel de los
movimientos de la cadena cinética cerrada a través de las distintas articulaciones
involucradas en el fútbol (cadera, rodilla, tobillo) lo cual contribuirá a la
mejora de los gestos específicos para facilitar las ejecuciones técnicas dentro
del modelo de juego (Faude, 2005).
El principio básico del entrenamiento de la fuerza, se
centra en la mejora del patrón de movimiento, no en aislar grupos específicos y
sus articulaciones (Boyle, 2010).
Otro aspecto importante que remarcar es el entrenamiento de
la fuerza para la prevención de lesiones. La falta de equilibrio muscular especialmente
en la cadena cinetica posterior del futbolista, es la principal causa de
lesiones entre los jugadores (Gatz, 2009).
La principal característica de las lesiones musculares en
el fútbol sucede cuando hay un desequilibrio entre la acción concéntrica del
musculo (agonista) y excéntrico (antagonista)
(Fischer-Rasmussen et al., 2001).
El método creado por Vítor Frade ha revolucionado de manera
importante en el entrenamiento en el fútbol, pero este debe ser analizado y
estudiado cada día, pero en la misma proporción debe de ser ajustado en función
de las ideas que tengamos como entrenadores. Como bien dice Lillo: en el
fútbol, no hay nada verdadero. No se puede decir que algo te dará el éxito.
Sembremos la semilla de la duda en nuestros cerebros, la
cual no invite a investigar, indagar, analizar todos los aspectos que rodean al
entrenamiento, ya que esa semilla hará de nosotros mejores profesionales cada día.
Muy buen artículo 😊
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